Run

Ruby (Merritt Wever) está en su camioneta , en el estacionamiento de un supér, cuando recibe un mensaje de texto de Billy (Domhnall Gleeson) que dice RUN, al que contesta del mismo modo. Esto origina que ambos se encuentren en una estación de tren de Nueva York (ella vuela desde Los Angeles para hacerlo) y emprendan un viaje en tren a Chicago.

Este es el arranque de una serie que combina una extraña  mezcla de géneros: comedia romántica, comedia dramática, comedia de enredos, road movie ( y no digo más para no spoilear), entre otros y que se va poniendo mejor a medida que avanza y se diversifica.

La serie juega a ir develando de apoco las causas de ese encuentro y las circunstancias de su protagonistas (quienes tampoco saben del otro casi nada). 

El capítulo inicial es poco prometedor (los mohínes con la boca entreabierta de Wever cansan como recurso) ya que semeja una mala copia de Antes del atardecer de Linklater, pero aquí con un reencuentro anticlimático e inverosímil que impone demasiadas incógnitas al espectador y una empatía con sus protagonistas que se hace difícil. 

Pero la posterior irrupción de discretos secundarios le insufla aire e interés a la trama, que va abriendo su juego y su paleta de registros. Lo mismo puede decirse de los protagonistas, que se van "humanizando" a medida que la serie avanza, sobre todo con los dilemas que se le plantean a Ruby, pocas veces abordados en una serie y menos de este modo tan radical.

En resumen, esta serie con guión de Vicky Jones y producción de Phoebe Waller.Bridge,  al contrario de muchos críticos, mejora a medida que avanza la historia (lo mismo que sus protagonistas), desplegando una cruza de géneros que resulta interesante y sorprendente.