Hillbilly, una elegía rural / Hillbilly Elegy
J.D. Vance (Gabriel Basso) es un estudiante derecho en Yale a punto de tener una elegante cena para acceder a un importante trabajo. Pero recibe un urgente llamado de su hermana pidiéndole que regrese al pueblo de Ohio donde acaban de internar a su madre Bev (Amy Adams). Esto da pie a una serie de improtantes flashbacks sobre la infancia de J.D. (Owen Asztalos) con su madre y con su abuela Mamaw (Glenn Close).
Ojalá el único problema de esta película de Ron Howard fuera esa permanente alternancia temporal que no deja consolidar ninguna de las dos tramas.
Hillbilly, una elegía rural es un horrrible melodramón donde el pobre J.D. niño lidia con una madre violenta y luego adicta, cuya desgracia lo persigue aún en su vida adulta y una abuela más sosegada pero con un pasado también turbulento y enfrentada con su hija. Lo quieren presentar como un drama fuerte pero es una grotesca sucesión de gritos, golpes y chantajes emocionales, sobreactuados y al borde de la caricatura. Más que elegía, un exceso de miserabilismo white trash y rural de la "América profunda". Padres y abuelos ausentes (y violentos), madre bruja y abuela ex (¿?) bruja pero salvadora. Sólo se salvan la hermana Lindsay (Haley Bennett) y... él, por supuesto. En espíritu Hillbilly... se asemeja a El diablo a todas horas (The Devil All The Time), sólo que ésta última es más pretenciosa y con más personajes.
Obviamente, esta película tenía que estar basada en hechos reales (para Hollywood esto siempre es un mérito) para realzar su "valor testimonial": una memoir del propio Vance ya abogado exitoso, un best seller donde parece que se venga de su familia retratándola sin piedad y de paso nos pasa el mensaje meritocrático de "yo triunfé aún con una familia de mierda pero a su manera amorosa". No se trata precisamente de Regreso a Reims...
No podían faltar los títulos finales con fotos los J.D., Bev y Mamaw reales para que veamos lo bien que disfrazaron a los actores y actrices. Para Hollywood, la transformación física y la caracterización son méritos absolutos.¡Cómo engordó Amy Adams para hacer su papel!
Lamentablemente, algunos verán a este engendro con pretensiones de Oscar como "un profundo drama como la vida misma" con "actuaciones intensas y arriesgadas".
Una pena que actrices de la talla de Glenn Close y Amy Adams se hayan prestado a meterse en la píel de estos personajes grotescos y "oscarizables".
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J.D. Vance (Gabriel Basso) is a law student at Yale about to
have a fancy dinner to access an important job. But he receives an urgent call
from his sister asking him to return to the Ohio town where his mother Bev (Amy
Adams) has just been admitted. This leads to a series of powerful flashbacks
about J.D. (Owen Asztalos) with his mother and with his grandmother Mamaw
(Glenn Close).
I wish the only problem with this Ron Howard film was that
permanent temporary alternation that does not allow either of the two plots to
consolidate.
Hillbilly Elegy is a hideous melodrama where poor J.D. the
boy deals with a violent and later addicted mother, whose misfortune haunts him
even in his adult life, and a calmer grandmother but with a turbulent past that
is also in conflict with her daughter. They want to present it as a strong
drama but it is a grotesque succession of screams, blows and emotional
blackmail, over-acting and bordering on caricature. More than elegy, an excess
of white trash and redneck miserabilism of "deep America." Absent
(and violent) parents and grandparents, a witch mother and a former (?) witch
but savior grandmother. Only sister Lindsay (Haley Bennett) and ... him, of
course, are saved. The spirit of Hillbilly ... resembles that of The Devil All
The Time, only the latter is more pretentious and with more characters.
Obviously, this film had to be based on real events (for Hollywood
this is always a merit) to enhance its "testimonial value": a memoir
of Vance himself, already a successful lawyer, a best seller where it seems
that he takes revenge on his family by portraying her without pity and
incidentally passes us the meritocratic message of "I still succeeded with
a horrible family but in their loving way." This is not exactly a Return
to Reims ...
The final titles with photos of the real J.D., Bev and Mamaw
could not be missing so that we can see how well they disguised the actors and
actresses. For Hollywood, the physical transformation and characterization are
absolute merits - how Amy Adams got fat for her role!
Sadly, some will see this Oscar-pretended freak as "a
deep drama like life itself" with "intense and risky performances."
A pity that actresses of the stature of Glenn Close and Amy
Adams have lent themselves to get into the skin of these grotesque and
"Oscar-winning" characters.
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