Antes del frío invierno

Paul y Lucie (Daniel Auteuil y Kristin Scott Thomas) parecen un matrimonio perfecto. Viven en una maravillosa casa con parque, él es un exitoso y ocupado neurocirujano y ella permanece en el hogar dedicad a la jardinería, a las visitas guiadas y a su nieto. La parición de una tercera en discordia removerá la aparente calma de ese mundo.

Antes del frío invierno (el título en francés no incluye la palabra frío) no es la clásica película sobre un triángulo, sino sobre lo que su potencialidad genera en los miembros de una pareja entregada a una cotidianidad amable sostenida en base a rutinas laborales y domésticas y a pactos implícitos. Nada menos que el peso de lo no dicho.

La narración no se circunscribe sólo al drama, y lo advierte en su comienzo, que se desarrolla en lo que parece ser un interrogatorio policial. Las vacilaciones del protagonista y algunas circunstancias de la trama acercan la historia por momentos levemente al universo de Patricia Highsmith, así como su pintura de la burguesía y sus acechanzas (no casualmente encarnadas en un personaje de origen foráneo, la Lou de Leila Bekhti) roza el mundo de Chabrol.

Las actuaciones de Auteuil con ese personaje que se desarma por fuera de su trabajo y de Scott Thomas con su admirable personificación de la melancolía y la expectación en uno de su mejores trabajos, son el principal mérito de esta película del escritor y cineasta Philippe Claudel, crónica del peso de lo no dicho y lo no vivido  y de la estabilidad tanto del matrimonio como del orden burgués.