Counterpart (Vidas paralelas)

En los años 80, a raíz de un experimento cientítfico, se originó un mundo paralelo. El pasaje entre ambos mundos está dentro de un edificio de las Naciones Unidas en Berlín (La Oficina), que en realidad alberga  una central de espionaje y la burocracia que se encarga de supervisar el tránsito entre un mundo y otro. Esta historia tiene dos protagonistas: el Howard Silk de nuestro mundo (J.K. Simmons), un amable empleado burocrático de la Oficina y su contraparte del mundo paralelo, un individuo duro y algo cínico que irrumpe en nuestro mundo por un asesinato.

Esta serie es una ingeniosa trasposición de un historia de espías a una situación ucrónica, sólo que en lugar del Muro tenemos un pasaje controlado entre ambos mundos. Por lo tanto, debe ser apreciada como tal y no tanto como un producto de ciencia ficción, ya que en este sentido hay varias cosas que no explica (ni tampoco se lo propone).

Como serie de espías funciona muy bien y recupera el tono oscuro de este tipo de historias, con contraespionaje, diplomáticos y diplomacia, asesinas a sueldo, asesinatos, traiciones, topos y fundamentalismos. Además, no hay sólo dos bandos: hay varios.

El elemento fantástico introduce adecuadamente el tema del doble, la identidad y los vínculos y los destinos posibles, lo que hace que como drama, la serie funcione también bien y plantee situaciones originales. 

Como ucronía, cumple con anticipar ciertas situaciones posibles.
La serie, en principio, no se propone explicar en detalle el tema de la duplicación, pero sí desarrolla muy bien sus consecuencias e implicancias. 

Otros aspectos expuestos, y algunos planteos de la trama,en cambio, son ciertamente discutibles. Explicar estos reparos implicaría spoiler.

J.K. Simmons lleva adelante con sutileza y efectividad   la caracterización y diferenciación de sus dos personajes, opuestos en muchos aspectos, que aparecen en cámara muchas veces juntos.

El ritmo de la serie es sosegado y típico de las películas sobre la Cortina de Hierro, con una buena galería de personajes (algunos duplicados) muy bien caracterizados.

Por momentos compleja (en ese sentido, el capítulo 1 es un desafío por los muchos interrogantes que conlleva), el guión y la dirección en general saben ubicarnos con acierto para qué sepamos en cuál de los mundos nos hallamos en cada escena.

Todos los rubros técnicos impecables: se trata de una serie muy elegante.