Hogar
Javier (Javier Gutiérrez Álvarez, acaso el nuevo José Luis López Vázquez del cine español) es un otrora publicitario exitoso que se ha quedado desempleado y que debe abandonar el lujoso piso que alquila para irse a vivir con su familia a un departamento propio pero de mucha menor categoría. Pero el hombre no se resigna a la pérdida de status y comienza una enfermiza y maquiavélica serie de actos con el objeto de recuperar lo perdido.
La película cuenta con numerosos antecedentes ilustres (Teorema de Pasolini, Parasite, El empleo del tiempo de Cantet, y la mucho mejor El autor, con el mismo actor y en un personaje muy parecido), pero es muy inferior a todos ellos.
La historia puede ser vista como la deriva patológica de un personaje resentido, despiadado y manipulador, pero las acciones que emprende y la forma en que se suceden y resuelven resulta forzada e inverosímil. Lo fallido de la película estriba también en la poca profundidad de los personajes (a excepción de una notable Ruth Díaz como Marga, su esposa, el único personaje empático y con una conducta coherente y creíble), marionetas manipulables al servicio del guión y del personaje principal.
En suma, un thriller que atrapa pero que a la media hora genera distanciamiento por todas las razones apuntadas.
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