La Serpiente / The Serpent

 


(Español / English)


Sin dudas, una de las mejores y más sofisticadas series policiales de los últimos tiempos

 

La miniserie sigue los pasos de Charles Sobhraj (Tahar Rahim), un asesino, ladrón, estafador y traficante de joyas de origen indio-vietnamita durante los años 70s a través de varios países de Oriente y los de Herman Knippenberg (Billy Howle), un secretario de la embajada holandesa en Bangkok que se embarca en la investigación de un asesinato.


No por nada a Sobhraj es apodado La Serpiente: basta pensar en las caracteríticas de este animal para constatar que todas cuadran perfectamente con su personalidad y su modus operandi.  Justamente la descripción de ese perverso modus operandi con el que Sobhraj, como un verdadero depredador, elegía, captaba y trataba a sus víctimas (víctimas con un perfil muy claro) depara los que se encuentran entre los mejores momentos de la serie. Una serie que cuenta con una cantidad de aciertos y virtudes pocas veces vista últimamente en una ficción policial (y en una ficción en general) y que se detallan a continuación.

La estructura temporal es sencillamente genial, ya que no es un capricho narrativo sino que tiene objetivos claros: con un mecanismo de relojería, los flashbacks van dosificando la información y en ocasiones cambian el punto de vista del relato, ya que este recurso va cambiando el protagonismo de algunos personajes en los diferentes capítulos y de este modo algunas escenas o situaciones enriquecen o incluso cambian el sentido general de la historia.

En cuanto a los personajes, es notable la descripción de los protagonistas, en un juego de opuestos entre el mal representado por el calculador Sobhraj y su pareja, la bella Marie Andrée (Jenna Coleman) y el bien, representado por el cada vez más obsesionado Knippenberg (un hombre ordinario en una cirusntancia extraordinaria) y su encantadora esposa Angela (Ellie Bamber). Se suma a ellos una lograda descripción de las víctimas y sus padecimientos. 

Tahar Rahim compone un personaje temible, seductor y audaz, movido por el resentimiento y con algo de indescifrable; la dinámica de su relación con Marie y la ambigüedad de este personaje, mezcla de víctima y victimaria, está muy lograda. Howle también está muy bien en su tenaz búsqueda de justicia, que alcanza ribetes de obsesión. Agrego que los crímenes de Charles no están al servicio de pretenciosas simbologías ni ritos con las que ya nos saturaron las series sobre asesinos seriales sino que obedecen a razones que para su autor son estrictamente funcionales y no por eso exentas de crueldad.

Su maravillosa recreación de época, las increíbles locaciones, su cosmopolitismo (desfilan varios personajes que hablan en diversos idiomas, incluidos sus protagonistas) y la presencia del ambiente diplomático le otorgan a la serie una sofisticación digna de una película de espionaje.

La Serpiente depara todos sus climas con un timing y una pericia infalible: suspenso asfixiante, situaciones kafkianas, violencia explícita o dejada convenientemente fuera de campo, acción y hasta ciertas dosis de melodrama.

En suma, una serie sofisticada como pocas, con un asesino y estafador temible, muy buena trama, suspenso asfixiante y kafkiano, excelente pintura de personajes, maravillosa reconstrucción de época, genial manejo de las líneas temporales, increíbles locaciones, cosmopolitismo, un clima de película de James Bond, grandes actuaciones y que está basada en un caso real ¿qué más se puede pedir? 

 

Without a doubt, one of the best and most sophisticated police series of recent times

 The miniseries follows in the footsteps of Charles Sobhraj (Tahar Rahim), an Indian-Vietnamese murderer, thief, con man and jewelry dealer during the 70s through various countries of the Orient and those of Herman Knippenberg (Billy Howle), a secretary from the Dutch embassy in Bangkok embarking on a murder investigation.


Not for nothing is Sobhraj nicknamed The Serpent: it is enough to think about the characteristics of this animal to verify that they all fit perfectly with his personality and his modus operandi. Precisely the description of that perverse modus operandi with which Sobhraj, as a true predator, chose, captured and treated his victims (victims with a very clear profile) holds those who are among the best moments of the series. A series that has a number of successes and virtues rarely seen lately in a crime fiction (and in a fiction in general) and that are detailed below.

The temporal structure is simply great, since it is not a narrative whim but rather has clear objectives: with a clockwork mechanism, the flashbacks dose the information and sometimes change the point of view of the story, since this resource changes the protagonism of some characters in the different chapters and in this way some scenes or situations enrich or even change the general meaning of the story.

As for the characters, the description of the protagonists is remarkable, in a game of opposites between the evil represented by Sobhraj and his partner, the beautiful Marie Andrée (Jenna Coleman) and the good, represented by the increasingly obsessed Knippenberg and his lovely wife Angela (Ellie Bamber). A successful description of the victims and their sufferings is added. Tahar Rahim composes a fearsome, seductive and audacious character, moved by resentment and with something indecipherable; the dynamics of his relationship with Marie and the ambiguity of this character, a mixture of victim and perpetrator, is very successful. Howle is also very good in his tenacious pursuit of justice, which reaches edges of obsession. I add that Charles's crimes are not at the service of pretentious symbols or rites with which the series on serial killers have already saturated us, but are due to reasons that for their author are strictly functional and that give him a bonus of cruelty.

Its wonderful period recreation, the incredible locations, its cosmopolitanism (several characters who speak in different languages ​​parade, including its protagonists) and the presence of the diplomatic atmosphere give the series a sophistication worthy of a James Bond movie.

The Serpent  provides all its climates with infallible timing and expertise: suffocating suspense, Kafkaesque situations, violence explicitly or conveniently left out of the field, action and even certain doses of melodrama.

In short, a sophisticated series like few others, with a fearsome murderer and con man, very good plot, suffocating and Kafkaesque suspense, excellent character painting, wonderful period reconstruction, great management of timelines, incredible locations, cosmopolitanism, a climate of James Bond movie, great performances and based on a real case, what more could you ask for?

 

 

 

 


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